A través de los años he visto como el Karate
puede producir una serie de cambios positivos en los alumnos, tanto como a
niños, jóvenes y adultos. No sólo beneficios físicos, motrices y de salud que
puede otorgar en general cualquier disciplina deportiva, sino también cambios
en la conducta, emociones y en el bienestar general psíquico.
Los beneficios del Karate van a depender de la
etapa del desarrollo en que esté viviendo el alumno. Los beneficios serán muy
distintos según la edad, de la persona en sí misma (personalidad), del contexto
familiar, escolar, laboral y de la historia de vida como es el caso de los
jóvenes y adultos.
Desde la mirada de la Psicología, podemos
decir que el alumno en una clase de Karate exhibe en todo momento como
realmente él es; a través de su forma de actuar, mirar, gesticular, reaccionar,
etc. Ésta es la parte observable de la conducta, la privada o intrapersonal
está en otro ámbito pero que de todas formas se encuentra conectada con la
observable. En todo momento el alumno se está comunicando y entregando información
con su Karate; sus movimientos y actitud.
La dinámica de una clase de Karate puede tener
una serie de elementos dependiendo a quien vaya dirigida (a qué rangos de edad),
que estimulen, motiven y trabajen ciertos aspectos de la conducta y acciones
del alumno.
Elementos como el respeto mutuo, la cortesía, buen humor, compañerismo, amistad, la necesidad de concentración, el trabajo cognitivo motriz, respiración, ejercicios de relajación, la reflexión moral, el logro de objetivos, el paso a nuevas etapas (por ej. la obtención de un cinturón), el darse cuente que ahora puede hacer cosas que antes no conocía y no podía, o el simple hecho de ser considerado y valorado por otro, pueden provocar cambios muy positivos en el alumno.
Mientras una clase de Karate tenga más y variados de estos elementos, y siendo lo más enrriquecedora posible, el alumno incorporará lo que él necesite en forma natural para lograr el equilibrio interno y/o externo que busca ya sea en forma consciente o inconsciente. Este es uno de los mecanismos que creo que otorga una gran cantidad de cambios y beneficios positivos para la persona; una mirada sistémica entre Dojo – Sensei – Alumno.
Elementos como el respeto mutuo, la cortesía, buen humor, compañerismo, amistad, la necesidad de concentración, el trabajo cognitivo motriz, respiración, ejercicios de relajación, la reflexión moral, el logro de objetivos, el paso a nuevas etapas (por ej. la obtención de un cinturón), el darse cuente que ahora puede hacer cosas que antes no conocía y no podía, o el simple hecho de ser considerado y valorado por otro, pueden provocar cambios muy positivos en el alumno.
Mientras una clase de Karate tenga más y variados de estos elementos, y siendo lo más enrriquecedora posible, el alumno incorporará lo que él necesite en forma natural para lograr el equilibrio interno y/o externo que busca ya sea en forma consciente o inconsciente. Este es uno de los mecanismos que creo que otorga una gran cantidad de cambios y beneficios positivos para la persona; una mirada sistémica entre Dojo – Sensei – Alumno.
Sin embargo, la clase de Karate o de cualquier
otro arte marcial, debe tener algunos de los elementos mencionados para
realmente intervenir en una dimensión más profunda del alumno. De la misma
forma, a través de un arte marcial violento, con Instructores no idóneos o con
valores morales distorsionados, pueden provocar un grave daño a la integridad
del alumno, tanto física como emocional.
El trabajo con niños es especialmente
delicado. El niño en una clase de Karate llega con toda la carga emocional y de
su dinámica familiar al Dojo. Cada niño siente, vive y disfruta el Karate de
manera distinta Este es el gran desafío; como a través de una clase de Karate
podemos hacer que los niños obtengan el mejor provecho posible. Esto se logra
con el tiempo al conocer a cada niño y de lo que necesita, junto a una
metodología adecuada.
También hay que mencionar que es un error pensar
que la práctica de un arte marcial para un niño o un adulto será la solución completa a
sus problemas; Han llegado padres con el propósito que su hijo logre “ser más
paciente y controle su ansiedad a través de las clases de Karate”… aunque el
niño asista a todas las clases, pero si se mantiene expuesto a un ambiente negativo
que sea la causa de su ansiedad, existiendo
una dinámica familiar insana, es muy probable que el niño necesite una ayuda
terapéutica psicológica e integral junto a sus padres.
Cada individuo es único
y complejo. Pero el Karate-Do sin duda puede ayudar como un complemento.
Esta es una mirada personal del Karate como
terapia psicofísica tanto como para niños, jóvenes y adultos.